Reflexiones de un abstemio (I)

Los que me conocen saben que no bebo una gota de alcohol. No me gusta el olor ni el sabor, por mucho que lo quieran camuflar con miles de añadidos no alcohólicos. Es de esto último de lo que quiero hablar. Pero no de los combinados que se le ocurren a gente más o menos cuerda un buen día, sino los prefabricados. Cada vez abundan más ese tipo de bebidas (Bacardi Breezer, Black Seven...), que aun compuestas por bebidas de más de 20º -y por tanto de prohibido anuncio en televisión-, resultan tras la mezcla tener bastante menos de esa graduación alcohólica. Al comercializarse ese tipo de mejunjes la marca que hay detrás de esa nueva bebida logra anunciarse en televisión de forma indirecta. Creo que la legislación publicitaria debería recoger esta nueva realidad.