El Pleno Del Parlamento Europeo Aprueba Prohibir El 'roaming'

Desde diciembre de 2015 se prohíbe esta práctica, tan insidiosa para toda la población y que todos veníamos sufrimos en silencio...

Qué intenta el Parlamento Europeo con ésta y otras medidas similares?. Básicamente perseguir dos conductas:

a) La tasa de sobrecoste que cobran las operadoras, cuando nos encontramos en el extranjero, llamada "costes de itinerancia".

b) Las acciones de las operadoras destinadas a bloquear o ralentizar servicios de la competencia como "Skype" o "WhatsApp"

Los intereses en juego son aparentemente económicos. Las grandes empresas de telefonía han anunciado que esta prohibición reducirá sus ingresos y ralentizará la instalación de fibra óptica por toda Europa (suena entre la amenaza y la venganza).

En la práctica todo ha quedado en suspenso ante la inminente celebración de elecciones al Parlamento Europeo el próximo 25 de mayo. Se esperan cambios en la composición del citado Parlamento y es posible que las actuales posiciones prohibitivas puedan verse alteradas. Las grandes empresas tienen la esperanza de que un cambio sustancial en el mapa parlamentario paralice estas normas.

El argumento principal que sostiene este cambio es "hacer la vida de los europeos más fácil y barata".

Una eurodiputada popular y una exministra socialista, ahora eurodiputada, celebraban el hecho, declarando que "eliminar los costes del roaming para millones de usuarios" es una gran conquista, aún cuando no tenga efecto hasta diciembre de 2015.

Hemos de reconocer que la citada prohibición será un gran ahorro para nuestras maltrechas economías dado que, para  realizar nuestro trabajo, todas las semanas viajamos a Estrasburgo (sede del Parlamento europeo) o acudimos a reuniones en organismos de la Unión Europea situados en Bruselas o  Luxemburgo, resultándonos profundamente molestas y onerosas:  la itinerancia, el "roaming", el bloqueo de "Skype", etc.

Y, en consecuencia, hemos de agradecer a los eurodiputados su altruista  gestión, dejando a un lado sus intereses más personales, esos que sólo les afecta a ellos, como son las tasas judiciales, desahucios, la falta de crédito, etc.

Como prueba de lo anterior, es decir, de esa generosa gestión,  el siguiente botón de muestra: hace poco, la Justicia Europea se ha declarado incompetente para juzgar las tasas judiciales españolas, en un asunto donde se debía a un trabajador la cantidad de 21.000 Euros. La empresa no se declaró insolvente, pero su empleado no pudo cobrar y se vio obligado a  pagar la tasa para acceder al FOGASA (según las noticias del día 27-03-2014).

Es de agradecer que nuestros representantes en Europa se preocupen de nuestros intereses (llamar desde Bruselas de un modo barato y con calidad, poder utilizar los medios tecnológicos más modernos, como  el "Skype") al tiempo que dejan de lado sus propios asuntos, esos que sólo les afectan a ellos, como las tasas judiciales para cobrar el FOGASA.

Pero como no todo van a ser halagos para nuestros políticos, hemos de añadir que no se  les puede atribuir todo el mérito, aunque sí un gran protagonismo, pues sus colegas de otros países, como Francia, Italia, etc., han tenido el mismo ejemplar comportamiento, y algunos de ellos, por cierto, también tienen el problema de las "tasas judiciales" en su país de origen, y paro, y recortes y  . . .

Ahora que tenemos las elecciones europeas a la vuelta de la esquina, puedo estar tranquilo pues sé que vote a quien vote, todos ellos van a comportarse de un modo igualmente ejemplar, ya que en el pasado me han demostrado la probidad de su conducta. Llamar desde Bruselas es algo que afecta profundamente a mi economía y me produce un auténtico desasosiego el roaminng. No obstante, tal vez deberíamos reconocerles la bondad de su gestión y recordarles que velen, también, un poco por sus intereses como, por ejemplo, la anulación de las citadas tasas judiciales, la falta de crédito . . .

Finalmente, añadir que todo esto ha hecho que me planteé el siguiente dilema: si todos los partidos luchan con el mismo ahínco, y tienen tan claro, cuales son los problemas y los intereses de los ciudadanos, va a resultar muy difícil decidirse por uno u otro partido en las próximas elecciones. Todos demuestran una gran probidad . . .

Llegan a España los relojes inteligentes de India

India parece haberse convertido en El Dorado de los fabricantes de tecnología. Al fin y al cabo, después de China, es el mercado más prometedor del mundo, con 1.200 millones de habitantes que van ganando poder adquisitivo y ganas de sumergirse en el mundo globalizado. Pero el interés resulta bidireccional, y las empresas indias también han comenzado a pensar en cruzar sus fronteras. Así, mañana lunes Intex se convertirá en la primera que planta una pica en España. Y, aunque es conocida sobre todo por sus teléfonos móviles, pues tiene previsto vender 40 millones este año, se estrenará de una forma poco común: con el lanzamiento de su reloj inteligente iRist.

Se trata de un curioso aparato que llama la atención por diferentes motivos. El primero, sin duda, es su capacidad de operar de forma independiente, sin necesidad de supeditarlo a un teléfono móvil. De ahí que muchos lo conozcan como watchphone (telefonorreloj). Eso permite, por ejemplo, introducir una tarjeta SIM en la ranura del lateral izquierdo y conectarse a Internet a través de redes 2G y 3G, enviar SMS y mensajes a través de aplicaciones como WhatsApp, y realizar llamadas desde el smartwatch. Claro que esa última función confiere al usuario cierto aire a espía de películas de antaño, algo que se debate entre lo cómico y lo ridículo.

Permite realizar llamadas desde el smartwatch, una función que confiere al usuario cierto aire a espía de películas de antaño

No obstante, esa independencia la agradecen quienes disfrutan haciendo ejercicio a la vez que escuchan música: el reloj viene equipado con podómetro y GPS para calcular el rendimiento físico, y con unos auriculares Bluetooth y una aplicación para reproducir canciones. Así, no es necesario cargar con el móvil en la calle y se pueden seguir recibiendo llamadas y mensajes. Además, como iRist utiliza Android 4.4.2 Kit Kat y no Android Wear, también se pueden descargar aplicaciones de terceros a través de Google Play, que ha funcionado correctamente en la prueba realizada por EL PAÍS.

Sorprende también la cámara de cinco megapíxeles que incorpora el reloj en su corona. No resulta fácil acostumbrarse a apuntar con ella, pero toma fotografías decentes —incluso reconoce los rostros— y graba vídeo en calidad 720p. También permite hacer fotos mientras se graba. Además, Intex ha conseguido integrar en el iRist una batería de 600 mAh, la mayor del mercado, de forma que el reloj se puede utilizar durante un día completo sin problema. La marca asegura que aguanta 40 minutos de llamadas y 200 horas en reposo. Sin duda, es algo que le proporciona cierta ventaja sobre sus principales competidores, sobre todo el Samsung Gear S, que dispone de características similares y la mitad de batería. La carga se completa en unas tres horas.

El dispositivo incorpora un chip Mediatek de dos núcleos a 1,2 Ghz, cuenta con 512 MB de memoria RAM, y 4 GB de memoria interna que se pueden ampliar a través de una tarjeta MicroSD, aunque la instalación no es sencilla, porque requiere abrir la caja y retirar la batería. La pantalla es de 1,56 pulgadas (240 por 240 píxeles), y, aunque la calidad de las imágenes es aceptable, resulta excesivamente pequeña para escribir o ver vídeos. Tampoco se le puede exigir mucho más a un reloj que, lógicamente, también se puede sincronizar con el smartphone para recibir notificaciones como en cualquier otro dispositivo de este tipo, aunque solo es compatible con aquellos que utilicen el sistema operativo Android.

En cuanto al diseño, lo único que molesta es su grosor excesivo, de 14 milímetros. Los materiales utilizados tampoco son de la mejor calidad. Pero, en general, sin resultar especialmente atractivo, el aspecto deportivo del terminal, que viene en varios colores, no molesta. Y, teniendo en cuenta que saldrá a la venta en España por 199 euros, la relación calidad-precio parece muy apropiada para una nueva marca que necesita darse a conocer. Además, aparentemente la marca india no va a escatimar recursos para lograrlo, ya que ha preparado una campaña de 150.000 euros para lanzarse en nuestro mercado.

Llama la atención que opere sin necesidad de supeditarlo a un teléfono móvil, de ahí que muchos lo conozcan como watchphone (telefonorreloj)

“El iRist lo comenzaremos a vender en Media Markt desde el día 16 y estamos en conversaciones con diferencias operadoras para comercializarlo por otras vías”, avanza Antonio Urrea, responsable de Intex para los mercados de Europa y Latinoamérica. Cruzarán el océano Atlántico más adelante, y México será el país elegido para su estreno americano. “Luego iremos bajando por el continente, que es el mercado en el que más expectativas tenemos puestas porque comparte muchas características con el sur de Asia”, explica.

El desembarco de los móviles de Intex llegará el año que viene, y su objetivo es ambicioso: vender un millón de terminales en los nuevos mercados entre enero de 2016 y junio de 2017. La marca tendrá que refinar su catálogo, porque actualmente cuenta con un exceso de modelos que, además, se renuevan cada cuatro meses. “Tenemos claro que nuestra estrategia no va a ser la de competir por precios, y que no queremos seguir el modelo de algunas marcas chinas que dejan a los consumidores a su suerte. Así que hemos cerrado un acuerdo con A-novo para ofrecer un servicio técnico de la misma calidad que el de otras multinacionales, y nos aliaremos con diferentes operadoras de tecnología para competir con las mejores marcas”.

Intex tiene ya el músculo financiero que requiere su internacionalización, ya que el año pasado ingresó casi 13.500 millones de euros. Y el hecho de ser la primera le dará ventaja sobre sus competidores, entre los que destacan Micromax, con la que se pelea por la medalla de oro de ventas en India, y Karbonn. Eso sí, todavía ninguna de ellas ha alcanzado el nivel de innovación de sus homólogas chinas, como Xiaomi o Meizu, y sorprende que muchos de sus aparatos, incluido el iRist, están fabricados en China.

“Hasta ahora el 60% de la producción de Intex ha estado localizada en China”, reconoce Urrea, que antes trabajó durante ocho años en ese país, “pero el plan es relocalizar el 100% de la fabricación a India el año que viene”. Allí se están construyendo las infraestructuras necesarias dentro del ambicioso plan nacional Make in India (“hazlo en India”) y, según explica el directivo, “es más fácil desenvolverse porque, aunque el país es un desastre, la gente está más occidentalizada y tiene una idea más clara de lo que es la calidad”. La revolución de las marcas indias ha comenzado.
fuente: Zigor Aldama (El País)

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