Inicié mi andadura universitaria en octubre de 1999. Mi único contacto político al principio fue votar en las elecciones de noviembre a la Unión Progresista de Estudiantes en las elecciones al claustro. Ya en segundo, en otoño del año 2000, conocí a José Luis un compañero de mi clase de mi edad. Él es secretario general del PSOE en la agrupación local de su pueblo, Cervera de los Montes, de la provincia de Toledo. Coincidíamos en muchos puntos ideológicos y gracias a la relación de amistad que iba forjando con él me introduje en la Unión Progresista de Estudiantes, la cual desde 3º nos hicimos cargo de ella José Luis y yo ante el abandono de actividad de muchos militantes de juventudes socialistas (la mayoría de sus miembros). José Luis era militante de juventudes desde hacía años pero es de un talante muy diferente, trabajador, amigo y muy buena persona. Eran antológicas nuestras tertulias con una buena amiga de Nuevas Generaciones del PP. Una persona dialogante y que sabe escuchar, extraña en su organización.
3º fue un curso crucial, muy politizado. El primer momento fueron las reivindicaciones en contra de la LOU. El segundo fueron las eleciones a la Delegación de Alumnos del Campus. José Luis fue el único candidato y salió elegido por unanimidad; a mi me nombró subdelegado. Un mes antes ya había sido nombrado tras el pacto con otra asociación de estudiantes, vocal de la licenciatura de Derecho en la Delegación de Alumnos de la Facultad de Ciencias Juridicas y Sociales de Toledo. EL tercer momento puede decirse que fueron las elecciones al Claustro. Perdimos ante la Asociación de Nuevas Generaciones sí, pero aumentamos de forma considerable nuestro porcentaje de voto. A finales de ese curso me uní a Juventudes Socialistas, aunque no recibiría el carnet hasta un año después ya que la organización se encontraba en plena reorganización interna, cambiando el sistema de fichas y de pago de cuotas. La temporada finalizó con la huelga general. Un curso muy movido...
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